Cereales infantiles con trigo y yogurt
Los cereales infantiles cumplen varios propósitos en la alimentación del bebé, aspecto que los hace la opción ideal para inicial la alimentación complementaria, a saber:
Son fáciles de preparar, por lo que no le implican ‒a la madre‒ gran dedicación de tiempo en la elaboración.
Han sido mejorados nutricionalmente, al fortificarlos con nutrientes que se reconoce que son críticos en la alimentación del bebé y que, dada su capacidad gástrica reducida, son una excelente herramienta para cubrir las necesidades nutricionales que solo con los alimentos regulares sería difícil de alcanzar.
Al ser cereales, su principal componente son los carbohidratos, por lo que son alimentos ricos en energía, la cual el bebé necesita para mantenerse activo durante el día y para propiciar su correcto desarrollo.
Además, el proceso de elaboración permite que el tamaño de las partículas sean más pequeñas que las que se podrían lograr preparando un cereal casero y esto le facilita al bebé tragarlos, especialmente en bebés de 6 meses que están empezando a comer.
La inclusión de yogurt y probióticos como el Bifidus BL –similar al probiótico de la leche materna‒, ayuda a mantener saludable el sistema digestivo del bebé e, incluso, a reducir el riesgo de sufrir diarreas o alergias de piel.
Al ser elaborados a base de trigo e introducirse este alimento antes de los 7 meses de vida, puede favorecer la prevención de que ocurran algunos cuadros alérgicos o de enfermedad celiaca en etapas más avanzadas de la vida, ya que se introduciría en el tiempo que se conoce como ventana de oportunidad.
En síntesis, los cereales infantiles permiten cubrir las necesidades nutricionales del bebé pues complementan muy bien con la leche materna y con otros alimentos que se le introduzcan luego de los 6 meses.