Alimentos que ayudan a proteger a los niños
Lo que comen los pequeños tiene que ver con su capacidad para defenderse de infecciones y enfermedades. ¿Cómo nutrirlos para asegurar un organismo fuerte?
Cuando tu hijo pequeño está en casa es más sencillo supervisar todo lo que hace: cuántas veces come al día y qué come, si se lava las manos antes de tocar los alimentos, con qué personas tiene contacto… Sin embargo, a medida que crece, te enfrentas al hecho de que debe entrar a la guardería. Esto implica que hará nuevos amigos, jugará en la calle y –en pocas palabras– se expondrá a muchos tipos de gérmenes.
Suena complicado, ¿cierto? Pero ¡no tienes por qué alarmarte! Esto es completamente necesario para el desarrollo de su sistema inmunológico (de defensas). Sin embargo, es importante que reciba una alimentación adecuada para fortalecer sus defensas y crear una barrera natural contra las infecciones.
Balance en el consumo de alimentos
El primer paso para fortalecer el sistema inmunológico de los niños es evitar que consuman en exceso comida con alto contenido de azúcar o grasa como golosinas, pasteles, frituras, jugos y gaseosas. Según un estudio publicado en el Diario Oficial de la Academia Americana de Pediatría, estos “alimentos” no enriquecen en gran medida la nutrición de los pequeños y pueden contribuir al desarrollo de un gran número de enfermedades. Lo más recomendable es que los alimentes con una dieta a base de verduras, frutas, legumbres, cereales, pescados, lácteos y, en menor cantidad, carnes rojas.
Estos son algunos nutrientes que ayudarán a protegerlos de enfermedades e infecciones. ¡Asegúrate de incluirlos en su dieta!
Vitamina C
La vitamina C o ácido ascórbico es indispensable para formar y reparar los glóbulos rojos de la sangre, así como los tejidos de huesos y músculos. Además, juega un papel importante en la cicatrización de las heridas y el fortalecimiento de las defensas del organismo. Por si fuera poco, también ayuda a que el cuerpo absorba el hierro de manera adecuada.
Los cítricos, como mandarinas, naranjas y toronjas, son una fuente importante de vitamina C. Las frutas como kiwis, guayabas y fresas, además de verduras como tomates y coles de Bruselas, también son ricos en esta vitamina.
Probióticos
Los probióticos son componentes que contribuyen a fortalecer el sistema inmunológico de los niños. Estimulan el crecimiento de las bacterias protectoras que se encuentran en el colon, ayudando a combatir las bacterias potencialmente dañinas.
Se encuentran naturalmente en el yogurt, cebolla, plátanos, salvado de trigo, cereales integrales, legumbres y vegetales de hoja verde.
Hierro
El hierro es un mineral indispensable para el funcionamiento correcto del sistema inmune. Diversos estudios demuestran que los niños que llevan una dieta rica en hierro son menos propensos a contraer infecciones.
Este mineral se encuentra en grandes proporciones en las carnes y leguminosas, también lo podemos encontrar en las yemas de huevo, cereales fortificados y granos enteros.
Vitamina A y antioxidantes
La vitamina A ayuda a activar las defensas del organismo, ayudando a disminuir el riesgo de enfermedades comunes como resfriados, faringitis y bronquitis. También ayuda a repararlas células dañadas por infecciones y contribuye a que las heridas cicatricen rápidamente. Puedes asegurarte de que la consuma ofreciéndole alimentos de origen animal, como huevos, carne y lácteos.
Por otro lado, los antioxidantes son los más grandes defensores del organismo ante ciertas enfermedades. El beta caroteno es un antioxidante que se encuentra en las frutas de color naranja y amarillo brillante, como melón y toronja, además de en hortalizas como calabazas, zanahorias, camotes y brócoli.
Los medicamentos podrán aliviar a tus hijos de una infección, pero nada los volverá más resistentes que una alimentación equilibrada.
¡Una dieta balanceada equivale a niños sanos!
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