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Piensa dónde te gustaría dar a luz. En casa, en el hospital o en una clínica de maternidad.
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Considera cómo quieres dar a luz a tu bebé.
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Considera qué tipo de analgésico te gustaría recibir, si lo deseas.
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Habla con tu profesional de la salud acerca del contacto con el bebé inmediatamente después del parto.
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Consulta con tu profesional de la salud sobre el parto lotus, en el que la placenta sigue pegada al bebé una vez que nace.
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Consulta con tu profesional de la salud acerca de las intervenciones con fórceps y ventosas.
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Considera cómo y cuándo te puede ofrecer apoyo un compañero de parto.
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Comparte el plan de parto con tu compañero de parto: tal vez puede ayudarte a ponerlo por escrito.
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Considera cualquier equipo que quisieras utilizar durante la labor de parto: tapetes de yoga, pelotas, bancos, barras, etcétera.
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Piensa si te gustaría un parto en agua, si tienes la opción.
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Consulta con tu médico si tienes preguntas sobre las cesáreas.
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Discute cómo será monitoreado el bebé durante la labor de parto.
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Discute otras opciones para el plan de parto y preferencias con tu médico.
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El parto natural es lo ideal, siempre y cuando no existan complicaciones de salud. Pero, por supuesto, las cosas no siempre salen según lo planeado, por lo que es mejor mantener la mente abierta. Lo más importante es que el bebé y tú estén sanos.
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Una vez que tengas listo tu plan de parto, piensa en lo que tendrás que empacar.
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