Trucos para viajes tranquilos con el bebé
En simple teoría, llevar al bebé de visita a casa de la abuela o la prima es sencillo. Pero, en la vida real, ¿cómo puedes cambiarle el pañal o darle de comer en un avión, evitar las náuseas en el automóvil o tranquilizarlo cuando llora en el tren?
Como dice el dicho "la mejor universidad es el viajar", y no te faltarán las ganas de hacerle descubrir a tu bebé el fantástico mundo que nos rodea. Visitas cortas a familiares a algunos kilómetros de casa, expediciones de fin de semana a casa de amigos en la otra punta del país, vacaciones al extranjero... En cualquiera de estas situaciones, viajar con el bebé puede transformarse rápidamente en una odisea.
Estas son nuestras recomendaciones para que el viaje resulte placentero para todos:
Escoger el medio de transporte adecuado
Cada medio de transporte tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Tenlos presentes cuando elijas el que emplearás con el bebé.
• El carro permite viajar al ritmo que quieres, pudiendo hacer tantas paradas como sea necesario. Pero por otra parte, si el viaje es largo, puede que acabes cansada y nerviosa... y el bebé también.
• En tren, puedes aprovechar para descansar... siempre que el bebé no decida darle un concierto a todo el vagón y no te quede más remedio que pasearlo por turnos con el papá para no molestar a los viajeros.
• Los viajes en avión te harán ganar tiempo. Sin embargo, debes considerar que el tiempo de espera en el aeropuerto y las condiciones de viaje en sí mismas (¡cambiar un pañal en el baño de un avión es una odisea!) no son ideales para un bebé.
Por supuesto, la distancia a recorrer es clave para tomar una buena decisión. Más allá de los 300 ó 400 km, el tren es una mejor opción que el carro ya que conlleva menos cansancio para ti y tu bebé. Distancias mayores a las anteriores, son mejores en aviones.
Recuerda mantenerte al tanto acerca de las condiciones meteorológicas antes de viajar, hay que evitar las temperaturas extremas en los viajes en automóvil.
Medidas antes y durante el viaje
No debes de improvisar cuando viajas con tu bebé. No importa el medio de transporte que elijas, debes tomar ciertas precauciones.
En automóvil. Para que tu viaje sea tranquilo, es conveniente salir por la noche o justo después de una comida. Así el bebé se dormirá en su sillita, protegido por el cinturón de seguridad. En el verano, usa parasoles en las ventanas del auto y procura no viajar durante las horas más calurosas del día si no tienes aire acondicionado. Otro secreto es tener a mano su peluche inseparable y haz una parada cada dos horas para que tu pequeñín tome aire y tú puedas estirar las piernas. Si el viaje es largo, las paradas son ideales para alimentar y mantener hidratado a tu pequeño.
En tren. Este es el transporte más tranquilo... al menos que el bebé se ponga a llorar. Puedes evitar las situaciones de crisis. Como cargar sus juguetitos favoritos para ofrecerle diferentes opciones de diversión. Puedes recorrer los vagones para tranquilizarlo.
Empaca lo esencial
• Comida práctica para viajes, en pequeños tarros fáciles de abrir y/o recalentar (sin olvidarse de las cucharillas).
• Pañales (¡obvio!)
• Toallitas húmedas, que nos salvan de las "pequeñas catástrofes" o para cambiar al bebé en los baños públicos.
• Ropita de repuesto
• Un abrigo y su cobijita para evitar que el bebé tenga frío por culpa del aire acondicionado.
• Su selección favorita de música infantil para distraerlo, sobre todo si viajas en coche.
• Un botiquín portátil bien provisto: pide consejo a tu farmacéutico.
• Y lo más importante, una buena dosis de buen humor para que el viaje resulte más relajado.
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