Una historia a tres bandas
Soñamos con este bebe. Ahora que llegó estamos fascinados, pero nuestra vida de pareja se ha alterado por completo. ¿Cómo hacemos la transición de una vida de pareja sin hijos a la de padres sin olvidarnos de nosotros mismos?
No nacemos padres, nos hacemos padres. Y este oficio es el único que no se enseña. Al convertirnos en padres descubrimos una nueva función en la vida. La relación de pareja se redefine; las prioridades cambian y los deseos también.
¡Una gran revolución!
Un recién nacido te cambia la vida. No sólo por los cambios de pañales o levantarse a media noche para darle de comer. La llegada de un bebé también despierta en ti sentimientos nuevos y casi inexplicables. Se activa una sensibilidad que ignorabas. La única manera de saber cuál cómo es este gran cambio es viviéndolo.
El papá también vive este cambio radical. Entre tantos cambios, tú puedes ayudarle a encontrar su nuevo rol como padre. Para ello, deben transformar la relación de fusión con tu niño en una auténtica relación a tres bandas: tú, papá y el bebé.
Cuando te conviertes en madre o padre tienes muchas preguntas: ¿Estaré a la altura? ¿Existe el instinto maternal? ¿Y el paternal? Son preguntas legítimas, aunque basta a menudo con mirar al bebé para saber la respuesta: en realidad, es él quien nos enseña a ser padres.
Un trabajo de dos
El bebé se hace entre dos, y para criarlo también es mejor hacerlo entre dos. Los roles están (y deben estar) mejor repartidos ahora. La imagen del padre que gobernaba la familia con mano de hierro sin cambiar un pañal ya forma parte del pasado. Además, la mayoría de los papás participan de buena manera en los cuidados del pequeñín.
Por lo tanto, la clave es practicar la complementariedad, y apoyarse el uno en el otro. Por ejemplo, pueden establecer turnos para levantarse durante la noche. Cuando uno esté cansado, que el otro tome el relevo para cambiar al bebé o bañarlo. Así se va consolidando día a día la relación a tres bandas.
¿Y la relación de pareja?
Al llegar el bebé, es normal centrarse la atención en él y olvidarse un poco de la pareja. No obstante, es importante saber superar esta fase. La vida de pareja ya no volverá a ser igual. Entonces, pueden aprovechar para reinventarla.
Es evidente que los dos están menos disponibles, pero todo es posible cuando realmente se tiene la voluntad de hacerlo. Aprovechen todas las pequeñas ocasiones para hacerse masajes o compartir juegos sensuales. Cuando el bebé se duerme por fin, pueden relajarse que un baño con tu pareja. También pueden organizar una cena romántica en casa y una velada tranquila... y juguetona.
También pueden recurrir a los nuevos abuelos: estarán encantados de quedarse con el bebé mientras salen por la noche.
Manuel, papá de Enrique
"Antes de que mi mujer quedara embarazada, tenía la costumbre de regalarle ropa interior. Durante el embarazo lo seguí haciendo y desde que nació Enrique, sigo igual. Para mí sigue siendo guapa y deseable y quiero que lo sepa."
Alicia, mamá de Laura
El mejor consejo que me ha dado mi madre es este: "Sé mamá pero no te olvides de ser mujer. Ir a la peluquería o al esteticista, hacer yoga, salir de compras… En la medida de lo posible, debes seguir haciendo todo lo que te gustaba hacer antes de que naciera tu hija."
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