Cuando papá, mamá y el bebé hablan varias lenguas
Encontraste el amor de tu vida y es de otra cultura. O tal vez emigraste a otro país. Sea como sea, cada uno habla una lengua diferente y nada más te preguntas: ¿qué hablarán tus hijos? ¿Las dos lenguas o solo una? ¿La del país donde vives? ¿Cómo se transmite una lengua en una familia?
La famosa lengua materna: ¿un mito?
Las parejas “mixtas” se enfrentan al tema de la transmisión de la lengua. La situación en estos casos no es tan sencilla y nos hace reflexionar sobre el sentido de “lengua materna”. ¿Realmente existe una “sola” lengua materna, la única que tenemos y a la que nos une un sentimiento de pertenencia? Esa que utilizamos para pronunciar nuestras primeras palabras.
La verdad es que si sus padres le hablan al pequeño cada uno en su lengua, los humanos tenemos la capacidad de hablar dos lenguas maternas, dos lenguas de la infancia, que tendrá completamente integradas y con las que le unirá un vínculo natural. Las dos lenguas son insustituibles, compartidas. Pero, ¿qué lengua hablamos cuando toda la familia bilingüe está reunida? ¿“Un padre, una lengua”? Lo más probable es que la familia utilice distintas lenguas en función de la situación.
Mientras que en el colegio, independientemente del idioma de los padres, la lengua local será la prioritaria. Además, con este idioma tu pequeño se comunicará con sus amigos, aprenderá en la escuela, hará deporte fuera de clase... No sientas preocupación si sientes que deja de lado la otra lengua, porque quizá le sea más práctico utilizar la lengua local en sus día a día. Al final de cuentas cuando sea adolescente o llegue a la edad adulta, ¡estará muy orgulloso de ser bilingüe!
La lengua: la transmisión de una educación y una cultura
Educar a un hijo hablándole en dos lenguas no es tarea sencilla. Es un esfuerzo a largo plazo que se prolongará durante toda la infancia. Sin embargo, es importante darle esta oportunidad a tu pequeño. Más allá de las ventajas profesionales que pueden representar en el futuro, el bilingüismo es una experiencia que aumenta la visión del mundo, la agilidad mental, refuerza la capacidad de abstracción y facilita el aprendizaje de otras lenguas.
La motivación tiene que ser grande, pero considera el estatus de la lengua, si el entorno social y familiar en el que te mueves la valora. Enseñar tu lengua a un hijo es una manera de mostrar fidelidad a tu país de origen a pesar de la distancia.
Hay también la otra cara de la moneda: personas que, por sus enormes ganas de integrarse en otro país, deciden abandonar su lengua. Cada decisión es personal, claro.
Bilingüismo: ¿ventaja o inconveniente?
Alrededor del bilingüismo hay ideas preconcebidas recurrentes. Primero, que es difícil aprender dos lenguas a la vez y que este doble aprendizaje implica un retraso en el desarrollo del niño. ¿Qué hay de verdadero en esto? El niño pequeño no es consciente de que está inmerso en dos sistemas lingüísticos. ¡Y aprende ambas con mayor facilidad de la que te imagina!
Por sí mismo, se percatará muy rápido de que, por ejemplo, para designar un objeto, su padre dice “chair” y, su madre, “silla”. Y elegirá la lengua más adecuada dependiendo de su interlocutor y de la situación. ¡Pero no necesitará el doble de tiempo para adquirir la lengua! Como todos los niños monolingües, las primeras palabras aparecerán entre los 12 y los 18 meses.
Es totalmente normal que cometa posibles errores durante el proceso de aprendizaje de una lengua, incluso ocurre en los niños que aprenden una sola lengua. Estas pequeñas confusiones son parte de la construcción del habla. Es cierto, que algunos niños bilingües tienden a mezclar las dos lenguas, aunque no es una regla aplicable a todos los casos. Usualmente suele pasar en el ámbito familiar.
Las diferencias que se harán evidentes en el seno de la pareja “mixta” te obligarán a realizar esfuerzos de adaptación a la cultura del otro. Sin embargo, verás como con el tiempo la dinámica familiar se adapta y todos se comunicarán en sintonía. ¡Después de todo el amor es la lengua más fuerte!
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