Visitar un museo es como un sueño...
¿Y si llevamos a los niños al museo? ¿Cómo hacerles entender que es una experiencia visual, se ve y no se toca? Por dicha, los museos se han ido adaptando cada vez más a los niños.
¡El museo también es para niños!
En ocasiones, usamos al niño como excusa para ir a ver una exposición que nos interesa. Si este es el caso tenes que compartir con el niño, aún más si hay que cargarlo en brazos. La idea al museo no es para iniciar al pequeño en el arte, sino para que experimente con las obras de arte, algo que hasta el momento era desconocido para él.
Es un buen momento para él para compartir con sus padres y para descubrir cosas nuevas.
La visita...
La visita al museo estará llena de sorpresas, ya que la obra no fue creada para el niño. Podría pasar que corra todo el rato, toque las obras y grite. La exposición al no estar pensada para niños, será más interesante. Es probable que el niño sienta que esta en un espacio prohibido, lo que hará que sea más curioso. El espacio de la exposición le permitirá a tu niño comparar lo que el interpretó con lo que tu le expliques como adulto, y viceversa.
La observación de tu niño
Tu hijo interpretará las imagen que vea utilizando todas las sensaciones de su cuerpo. Observará las obras de arte pensando en sus presonajes infantiles favoritos. Tu como madre, sabes cuales son, esto ayudará a que interactúe y hará más fácil la visita a la exposición y la conversación con el niño.
Podrás enseñarle que el arte no está muy lejos de su realidad como niño, por ejemplo los estudios Disney usaron la obra de Violet-le-Duc como insipiración para crear el castillo de la Cenicienta. Contandole este tipo de datos hará que se interese más por la obra.
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