Crío a mi hijo solo/a
Ahora, criar a un hijo es algo bastante común. Pero, sigue siendo una auténtica aventura.
En realidad no es algo nuevo
Desde hace mucho tiempo, ha habido viudos y viudas, padres solteros, madres solteras y mujeres separadas o abandonadas por sus maridos, padres divorciados que tienen la responsabilidad de cuidar descendencia por sí mismos. Sin embargo, para los más pequeños, el patrón más habitual continúa siendo "papá con mamá". Si bien es cierto que este modelo sigue siendo el de la mayoría de parejas, casadas o no. Los psicólogos recalcan lo evidente: dos padres es mejor compartir la crianza en pareja. Entonces, ¿cómo se afronta esta situación?
¿Existe una familia monoparental ideal?
Al buscar a tu pequeñín a la guardería, te percatas que, como tú, hay otros padres "solos”. Una categoría que abarca muchas realidades distintas: divorciados, separados, viudos y solteros. En los últimos años, la monoparentalidad ha aumentado hasta tal punto que podría convertirse en la norma. Entonces, ¿qué hacemos con el modelo que define roles particulares para el padre y para la madre? Es decir, un padre que encarna la autoridad y una madre dedicada al cien a su hijo en los primeros años de su vida.
A pesar de que el 85 % de los casos, es la madre quien se encarga de los niños, el número de padres no casados que viven con sus hijos ha incrementado. En realidad, criar solo a un hijo ya no es una situación reservada a las viudas de guerra o las madres solteras.
Es una aventura en solitario, después de un divorcio o a una separación. Ahora tienes que encargarte tú solo/a de los quehaceres: hacer la compra, llevar al niño a la guardería, ir al trabajo, hacer las tareas del hogar, etc. Pero eso no significa que vayas a estar siempre solo/a, siempre hay persona que te apoyarán. Aunque no estemos seguros o seguras de ser un buen marido o una buena esposa para toda la vida, padre o madre lo vas a ser por fuerza. El vínculo filial es inalterable y ayuda a la supervivencia de la familia.
Hay situaciones más complicadas, como cuando la separación se produce antes o justo después del nacimiento del hijo. No es fácil compartir la custodia en ese momento, (ya que requiere que el ex cónyuge viva cerca), pudiendo rayar el surrealismo durante la lactancia.
¿Soy una buena madre? ¿Soy un buen padre?
El papá o mamá monoparental suele preguntarsesi realmente está haciendo lo correcto. Las dudas son frecuentes y a menudo le invade la culpabilidad. A lo mejor, saltan otro tipo de preguntas. Por ejemplo, ¿qué es mejor para el niño? ¿Dos malos, o uno bueno? ¿Dos padres pueden acabar creando más problemas que uno solo?
No le des más vueltas al asunto, ya tienes bastantes preocupaciones, ¿no? Ahora bien, desearías no tener que encargarte de hacer ciertas cosas como las compras, de hacer frente a las otitis y a las noches en vela...
Pero no te des por vencido/a. Aprende a conciliar tu papel de madre o padre con tu vida laboral. Es agotador y hace falta mucho valor y fuerza. No puedes flaquear, porque tienes que ocuparte de tu pequeño. ¡Superwoman o Superman, eso es lo que eres! De todos modos, no es bueno guardárselo todo dentro. Si tienes que hablar de tus dificultades y de los momentos en que sientes que pierdes el ánimo, házlo. Te sorprenderá el apoyo de la gente que te rodea.
Hogares con modelos distintos a la norma
Que sea difícil y complicado no quiere decir que vayas a educar a futuros delincuentes. Si el niño tiene algún problema en la guardería, no tiene por qué tener necesariamente relación con la ausencia de un padre en casa. Desconfía del discurso de los psicólogos que atribuyen la causa a tu situación, puede haber otras razones. Las generalizaciones son nefastas, ¡sería como decir que todas las viudas de una guerra engendran delincuentes!
Precisamente, sobran ejemplos de familias monoparentales que han educado sin problemas a sus hijos. ¡Incluso figuras ejemplares! El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama es un caso inspirador. Sus padres se separaron cuando él tenía tan sólo 2 años, tras lo cual quedó a cargo de su madre, personaje central en su vida. Idealiza a su padre ausente y por ello sufrirá una crisis de adolescencia, pero sabrá reponerse.
Un modelo puede ser una gran manera de inspirar a tu hijo con los que se pueda sentir identificado. Aún es muy pequeño para eso, pero dentro de pocos años encontrará seguramente en la mitología, en los cuentos de hadas, personajes muy parecidos que alimentarán su imaginación. La mayoría de los héroes tienen infancias idílicas o fuera de lo normal. Eso puede ser un punto fuerte ya que si no te crian igual que al resto puedes tener una perspectiva distinta de las cosas.
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